Amarilla

martes, 2 de abril de 2013

Dirección incierta


Yo voy en la dirección correcta, escojo mi vida, recojo cariño, disfruto las posibilidades, me lleno de amor. Olvido los miedos para saber de que estoy hecha en el mero presente, visito amistades, descarto ansiedades, te tengo a mi lado, te quiero contento, me sacio de vos. Saberte cerca me asegura la posibilidad de la distancia, así no crea en los sueños ficticios de las realidades paralelas. Querindote moriré, lo juro; amando infinitamente viviré, espero. Llévame contigo como yo llevo mi piel por el frío y me canso de sentir el hielo que imposibilita respirar, pero no te olvides de la clara mañana donde fuimos uno los dos. Dos que no se conocen en un presente cambiante y siguen creyendo en los viajes del corazón que se ahoga en sangre como una botella sin corcho a la deriva de los mares azucarados de tu corazón. Sacame de golpe para poder caminar, y no me lleves a tu lado que le pertenezco mas al viento que a tus supersticiones. Cargame como la luna a sus leyendas, que las estrellas fugaces no las conocen los niños con hambre, solo son necesidades de la imaginación. Saltando a mi se develan las carencias de calor que acechan mi cuerpo cada vez que pienso en la pasión de los movimientos pasionales cuando las articulaciones se adecuan a la inmovilidad. Despiertame sabiendo que vivo en el caos de la mente de un desaparecido inconsciente, grande como el cielo y perdido como el horizonte. Camina por las calles de lo incierto sin esperanza certera. 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Futuros recuerdos


Tenia frío y no pensaba esperar mas de 10 minutos, pero mientras esperaba no le quedaba mas que recordar, pues había olvidado sus cigarrillos y su dinero. 
Las cabinas telefónicas nunca fueron su lugar, pero con el frío y en viento que se volvía nieve por instantes e iba cubriendo el suelo, no era una opción salir y esperar donde podría estar esperando; en el muelle junto al río, ese hubiera sido un poco mas su lugar; pero claramente la ciudad en donde vivía no le permitía acercarse mucho al agua, sino unas pocas veces durante el año. 
Cuando se acercaba, solo cuando lo hacia, recodaba que nunca había vivido en un lugar de ríos, ni lagos, ni mar, sin saber porqué, y prometía algún día partir a reunirse por fin con su necesidad. Cuando se acercaba, pocas veces lo hacia, sentía miedo de que volviera a llegar el día mas corto del año donde comienza la cuenta regresiva de luz dejando ver la fuerza gris del cielo que se une gracias al viento abominable con el techo azul de los edificios blancos de Haussmann. 
El día anterior había recibido un correo lleno de flores artificiales, una nota que ponía cita para esa tarde y las fotos de un día al lado del canal, donde no muy lejos del agua veía por la ventana la nieve caerle encima; ese día de la ventana llevaba un collar que le iba bien con la sonrisa, ese día la invitaron a bailar, la imaginaron cantar y la llamaron por su nombre. Ese collar no lo recordaba, de la sonrisa de la foto no recordaba sino una posibilidad que argumentara su existencia: el lugar que la acogía, donde se había sentido bien cuando por primera vez la llamaron por su nombre en diminutivo. 
Su nombre le iba bien, en cualquiera de las formas, era un buen nombre para una chica que le gustaba sonreír, nadar y bailar, el nombre que a él siempre le pareció mejor si lo usaba en diminutivo, el nombre que siempre fue pronunciado por él a su manera y dicho de su forma y con ese tono que la hacia ser feliz. 
Habían quedado de verse pero no se verían, ella tenia mucho frío y los recuerdos comenzaban a acabase.

Una mezcla de historias que no se si sean verdaderos recuerdos. Olvidos que se mezclan.

Sublimación

Al menos algo no se descongela, la afirmación de su existencia gracias a mi sonrisa. 
El hielo se sublima, la cuidad se derrite, yo camino sobre sus restos. 
Húmeda recibe mis pasos, cambia las cartas del juego; sus calles humeantes reflejan la luz azul y amarilla del adiós. 
Sueño que hay flores, reales y artificiales sobre los arboles sin hojas, sé que alguien las ha puesto para mi, son tres arboles y cada uno se permite albergar individualmente un color. Abro los ojos y no estoy sola, sale el sol pero esta vez no hay ruido, los pájaros se han ido con la imaginación de una linda noche anterior. Sonrío en el reflejo del café y no mucho después desaparezco de sus ojos para guardarlos conmigo y ver con ellos este día.  
Recibo invitaciones y respondo encuestas de casos improbables y absurdos, esto me permitirá en 5 minutos comprender un poco mas la naturaleza de las afirmaciones y hacer de este descubrimiento útil cuando me haga falta la tranquilidad. 
Como las ardillas, rompo el aire, y la ligereza de mis convicciones se desbordan de movimientos enérgicos. 
Qué tanto produce en mi la disimulada (en términos científicos) historia de la dualidad entre cuerpo y alma y cómo puedo burlarme de ella? Bastantes casualidades para llegar a estar punto: que Nietzsche pensara caminando, y hoy yo acaricie el mundo mientras él me toca, que la mezcla de cebolla y cigarrillo, y el sabor a menta se encarguen de hacerme viajar por los recuerdos, y que ademas de todo sea posible la existencia de la las posibilidades al mismo tiempo que la de los inevitables deseos.

Como dicen algunos, escritura automatica. Para mi, placer cotidiano.

sábado, 12 de noviembre de 2011

8 de Octubre, ya 9, en la madrugada, 1 semana y media aqui.

Ver como de atrás queda la noche y vas tras el sol para llegar al planeta en donde se siembran círculos. La ventana congelada por el frio de los gigantes copos blancos que rodean la maquina que te transporta a tu nuevo viejo mundo ; seco.
Te quitan los zapatos, te despojan de la bebida y corres para poder volar. Huela a lo que olerá por mucho tempo tu camino a casa.
Medellín Bogotá, una monja, Bogotá Madrid, Un acompañante extraño, colombiano, pero no colombiano como yo, un acompañante indeseado, y por ultimo Madrid Paris, la niña que lo narra todo y no ve nada. La torre la vi primero que ella, ella nunca la vio, no sabia lo que significaba.
Llegue a un lugar y olvide porqué. Llegue a no saber de que se trataba y aun así, y por encima de todo, es lo que quiero.
Si existe un lugar en el que cuando lloras llueve, existe lo divino. Estoy en la cuidad que se refleja a si misma durante el día, construida con la piedra del color perfecto. Casa de la luz, sin importar la hora. Llegue a la casa de los pájaros que te sacan los ojos  y hacen que la mañana sea un futuro negro. Llegue donde la propiedad privada es divina, urbana y poéticamente invadida. Donde caen hojas secas en las escaleras de las estaciones de un metro que atraviesa bajo tierra el lugar que por encima suena día y noche a crimen ; el lugar que no sabe que no es uno, sino mil a cada segundo.
El primer gato que vi era blanco, es el único gato que he visto, y estaba en una tienda verde, aquí las tiendas son verdes y aquí las tiendas verdes son muchas. Aquí la luna esta al revés y las nubes no existen en el cielo hasta que un día el cielo deja de existir y con el los aviones que permanentemente atraviesan la cuidad dejando el cielo a rayas, los aviones que nunca escuchas. De fondo y para aumentar la sensación que no se si es tristeza, incluso para afirmarla, sonando, el ascensor sangriento, extrañamente precedido de un ruido fuerte en la escalera del edificio, que fue construido a la medida exacta (como todo) de este lugar.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Hoy Hace

1 año - 6 meses - 31 días - 3:00 horas am. desde 13 febrero - 2010 - 11:11 horas am. A. 3 septiembre - 2011 - 3:00 horas am. (No es lo mismo pero es verdad que eso es lo que hace).. Hoy a las 3:08 - (Unico día) Sábado - septiembre 2011. falta poco. Pero no va a dejar de seguir siendo. Ni haciendo.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Basta Con Estar En La Mente De Otra Persona Para Convertirse En Recuerdo

La música es una transición en presente siempre.
 El amanecer es una transición a positivo.
 Me gustan las transiciones a negativo.
Me gusta el atardecer y también el amanecer pero solo a tu lado y bajo ciertos efectos o bajo ninguno más que bajo otros.
Pertenezco al círculo de las transiciones permanentes, del movimiento, pero no me acostumbro a pertenecer a algo que no logra quedarse quieto, hay veces no me interesa siquiera pertenecer a este, precisamente a este círculo.
 Pero me gustan los círculos y me gustan los palíndromos, me gustan las transiciones, y los estados finales transitorios.
 Es inevitable decir que de todos los órganos sensoriales son los ojos los que nunca querrás perder, pero prefiero oír el mundo que verlo sin oírlo, es como ver una película sin volumen, no pasa nada.
Quisiera entender (Tal vez no necesite mucho para entender, incluso puede que ya lo haya entendido) porqué dos transiciones pueden ser permanentes y tienes la capacidad de perdurar únicamente en el presente y (agradeciéndolo) en la memoria, hasta el punto de poder decir que dentro de su significado son lo mismo, sin serlo.
La danza se recuerda en pausa y sin sonido, la música puede seguir sonando en los recuerdos.
Resolviendo necesidades.
Aclarando alucinaciones.
Creando.
Tomando decisiones.

Hacen falta las comparaciones para entender, no precisamente que debemos seguir en dirección a donde hemos encontrado placer, pero si entender que existen otras direcciones. Y puede que sea miedo el hecho de no querer tomar la decisión de hacer parte del placer, o puede que ya no sea el tiempo, pero si, hay otras direcciones.
El titulo es un poema de alguien que escuche hace poco, no se si es así exactamente pero creo que el poeta es Argentino.
Y que hacer con el recuerdo?

Para No Olvidar, Aunque Se Quiera.

Puede ser que en algún momento sea más lo que te canse que lo que te guste, y tiene sentido, al final a todo lo nuevo terminas acostumbrándote, y eso hay que tenerlo en cuenta cada día y a cada segundo, para no sorprenderse tanto y ser más sensato, aunque no siempre es esa la intención.

jueves, 11 de agosto de 2011

...

Relatar días enteros, que se componen de listas interminables y se interrumpen por desvíos innumerables a temas que termina produciendo una risa escandalosa y tener que volver a comenzar. Querer un regalo. Tener en mi repertorio un nuevo dato animal. Caminar sin rumbo, lento y por placer. Planear detalladamente, agendar datos menores. Hacer notas de cualquier cosa en cualquier parte, que luego no se dé que son ni donde están. Esperar con ansias lo que deba pasar para que la semana siguiente continúe. Ver tv con cobija. Ver una peli. Montar en bus un domingo sin afán. Caminar muy rápido, casi persiguiéndote y sin entender la forma efectiva de cruzar una calle. Explicar de dónde vienen las sombras de mi casa, de mi cuarto, de día y de noche. Leer en voz alta sobre una capital que queda en un país que no se siquiera si existe (aun lo dudo, y si existe pronto dejara de hacerlo) para que rueden goticas de tus ojos. Que te de frio. Hablar de historia y geografía, física y música, que hables tú. Besar los ojos. Secretear incoherencias, más bien ruidos. La complicidad. Asustarme 5 segundos después de ya haberlo hecho y por el mismo motivo. Olvidar los detalles el funcionamiento del sistema predeterminado de las cosas. Declarar que de esto, de algo como esto, de cosas como estas (así sea obvio) se compone mi vida y que sino no entiendo, y que es lo que quiero, y que me interesa, para darse cuenta que cada una de estas pequeñas cosas determina la coherencia de mis días. Hoy por la noche en dos apartamentos de un mismo edificio veían el mismo canal y dos cuartos se iluminaban del mismo color al mismo tiempo. Ayer ella me dijo que no era justo, que si yo me iba ella no volvía. Hace poco pase por debajo de un árbol del que llovían demasiadas semillas blancas que me caían en la cara y en todo el cuerpo y tuve que parar de pasar para detenerme y mirar. Y cada día es igual cuando recuerdo que me olvido de los fragmentos que si tuvieran que ser de un color serian amarillos, que hacen que el día no sea igual. Y han pasado muchos días llenos de olvidos de recuerdos que me hicieron suspirar, y han pasado muchos días repitiéndome que no se si es eso lo que quiero, pero es que no puedo dejar de querer hacerme parte de quien quiero que sea quien se haga parte también conmigo. No puedo pedir explicaciones de lo que es tan claro, pero no puedo dejar de dar mis explicaciones, muchos lo saben y hasta yo que por obligación lo se, también me canso de darlas y dármelas, pero es que no puedo y creo que no quiero dejar de hacerlo, y no voy a dejar que se detenga lo que rueda, así haya veces que yo misma sienta necesario desistir, prefiero resistir y ser capaz de rodar hasta el punto que aunque no sea necesario, no valga más que mi deseo. Y hay días también en que me doy cuenta de que soy feliz, y que sonrío, y que me gusta sonreír. Esto y más me hace sonreír, y esto y más me hace no desistir, así deba continuar explicándolo todo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Solo Asi.

Huele a hierba cortada y está presente eso sonido, que tu, y solo tú, entiendes de la misma manera que yo: los grillos. Y esta vez no grito, ni hablo, ni hace falta la desesperación, estoy en silencio y suspirando. Busco hacer parte de lo que necesites, a cada momento; eso es lo que quiero, quiero pertenecer a tu olor, quiero que seas parte de mi temperatura, quiero que toques mis pensamientos, quiero tocar los tuyos, quiero apodérame de tu forma, quiero que me hables despacio y me toques despacio, quiero usarte como al aire, quiero morder tus dedos y que beses mis ojos, entrar en cada espacio, saber tu voz y que sepas lo que quiero. No me gusta la ausencia de tu piel, no me quiero quedar sin tu sabor, y no debe dejar de pertenecerme, porque sabe así, justo así, junto al mío, no sabe así de ninguna otra manera.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Porque Es. Hoy

Y como cuando estaba (Porque tu lo quisiste y sin duda yo también) Coma,

Al lado del ruido que no podia creer
y al fin o como nunca
fue..

E increiblemente es definitivo que no ha dejado de ser
y bailar al lado de quien no esta
pero no dejara
que sea otro
quien me acompañe.

Recordando, y en ( )

La pequeña palabra mágica..
agua porque hace
gota porque te deja a a vos. Si! (necesitaba dos descripciones).


Y cada que me voy
saludas para siempre. Yo también (Soy yo)
combinando
la manera lenta y predecible que somos
en el camino (Por ti).. de tu voz.

Siempre todo
como nunca mis algoritmos (algo mas porque debía estar)
son
redundantemente yo.

Saca la ceniza para el cuarto pendiente (arrepentimiento ja!) en el que estamos
pero que no dejara de ser
porquerque los sonidos fuertes .. y cónicos..
en los que estamos, si dejan de estar, desapareceré.

y vamos...

con lo mio!!! (Porque así fue)

Y la letra pequeña pera el ti que debe ser..

martes, 26 de octubre de 2010

http://www.youtube.com/watch?v=jEgX64n3T7g

Nunca Voy A Olvidar Y Para Que No Se Olvide.

El laguito de mi boca.. las gotas cayendo.
El universo paralelo.
Los animales que cedieron su cuerpo.
La luna de día.
Que es mejor la luz de las velas.

Que la lima no sirve para nada.
Que nos gusta el vino y nos gusta el queso.
Que si te miro mucho a los ojos te conviertes en alguien más.
La misma discusión.

La polinización de las plantas.

Los colores del cielo.

Alguien asomándose por la ventana.
Que no conocía el amanecer.
Que me gusta tu risa.
Que hay días, y hay escritas infinitas palabras.
Que hay manadas de leones.
Que la música se ve.
Que la luz y el sonido son ondas, golpecitos a cierta frecuencia.


La conclusión al final de todo.http://es.wikipedia.org/wiki/Agujero_negro

jueves, 29 de julio de 2010

Cadaveres Exquisitos.

Estos amantes fueron detenidos momentos antes de cometer suicido. Cualquiera pensaría que tuvieron suerte, pero no, porque se morían por morir.

miércoles, 30 de junio de 2010

Cuantas Veces Usaron La Misma Palabra

Los estúpidos siempre utilizan dos veces el mismo gato. Esperaba lo peor. No era Pink Tomate. Y seguramente no era yo. Seguramente no era una cara redonda, amarilla, feliz y sin como resolverse. O retroceder.

sábado, 12 de junio de 2010

Fuerza. Se Escribe Con Z.

-Yo nunca he comido langosta
+Y pulpo?
-No, Tu?
+No
-Y langosta?
+No. Has montado en lancha?
-Si. Has visto un delfín?
+No, Tu?
-Si
+Has jugado hockey?
-No, Tu?
+No se patinar
-Has montado en globo parapente o avión?
+ Avión, Tu?
-Avion. Has ido alguna vez en barco?
+No, Tu?
-No.
+Te han operado?
-Si, a ti?
+Si, tu sabes. Pregúntame mas..
-Me tengo que ir..

Y de repente un día, hay días en que somos lo imposible, lo manente y no permanente, hay días en que no somos perpetuos , hay días en que somos munes también.
(Manente y munes al parecer no existen.)
Solo un juego de palabras para ti, un beso para ti, y quédate aquí permanentemente porque se que me quieres.
Aum!

jueves, 18 de marzo de 2010

Tal Vez Pensáis, O Tal Vez Habéis Pensado, O Tal Vez No Pensáis, El Caso Es Que Así Es.

Y la grandeza que no puede compararse con nada. Y pararse donde solo algunos pueden hacerlo. Como si llevaras la cola de la capa de un rey en la mano. La cabeza en alto y el pecho adelante, primero el pecho y luego los pies. Absoluto en medio de todo.
Absoluto en medio de cualquier cosa, absoluto en medio de nada.

jueves, 18 de febrero de 2010

Para Cuando Ya No Estemos Aquí

Lo que mas me gusta es mi ventana. Es un lugar incomodo. Un lugar imposible, como cuando solo falta algo. Lo suficientemente incomodo para estar seguro. Pero es tan real que falta. Y luego quiero que haya un lugar tan real. Un lugar tan imposible. Y quiero tener que dejar esa ventana, y tal vez volver. Pero quiero tener que volver.
Vamos a recorrer el pasillo de un lugar que no esta en ninguna parte, y vamos a parar solo cuando nada mas exista.

viernes, 12 de febrero de 2010

Cuatro Dias Despues.

Lo que más me gusta, Lo que más me gustaba, lo que más me gusto, fue que supieras agrupar bolitas, bolitas para mí, para mi satisfacción. Entendiste muchas cosas. Sabias de que se trataba. Sabias. Pero necesito entender (y prefiero dejar pasar el tiempo sin entender) como dejo de pasar, como no alcanzo el aliento para una de esas rayas que nunca se acaban, una de esas que no tienen fin, una de esas interminables, como el mar, como cuando hago esa propuesta de ir a lo imposible. Y ahora no estas, ahora te encuentro en un lugar que no es el mío. Y aun (increíble) sigues aquí (para no hacerlo mas trágico)

Rayas, nieve, dragones y toda historia de baño que podamos encontrarnos, fue. Todo eso existió, era tan real, era tan prudente, era tan factible, que era como él, como quien es capaz de hacerlo todo tan verdad. Fue, y no logro comprender por que no esta aquí aun.

Peces, gatos, y color blanco. Blanco con rojo, blanco con vos, blanco hasta que ya solo podamos ver el amanecer. Blanco siempre, y ahora.. ¡Demos una vuelta perfecta! Eso era. Una vuelta perfecta.

Cámaras, vos y yo.

Y ahora el círculo se cierra de una manera irreal, y ahora me encuentro con otra manera de pasar, y ahora me encuentro.

Estoy sola y tengo miedo. Pero estoy sola y entiendo de qué se trata.

“¡Ahora si!”.. Tendría demasiadas trompetas, pero ahora si fue. Y ahora si te tuve que, y ahora si hay pasado.

Vamos a una laguna, y llenemos todo de chocolate para entender que nada es suficiente, y que nada nunca va a pasar.

Simplemente una llamada para comprobar que todo sigue ahí, y estar segura de que va a pasar. Aquí, contigo o sin ti.

Y este no es el tiempo indicado, y tú no eres la persona indicada, pero así me voy, y así me voy a encontrar contigo en cualquier otro lugar.

A ti te falta solo un suspiro de aliento para llegar. A mi no me falta sino aprender a no tener.

domingo, 7 de febrero de 2010

CD

AMARILLA... dice:

Hola

Julian dice:

Hola juli......Como estas??

Como va tu domingo

AMARILLA... dice:

En el mejor lugar.. En el mejor momento

Julian dice:

....Que bueno

¡Je!

AMARILLA... dice:

Increible

Tu?


martes, 2 de febrero de 2010

Rodolfo Enrique Fogwill.

"Vera entrando a mi cuarto, diciéndome que estaba ‘dada vuelta’ y desnudándose. Vera saliendo de mi cuarto, y la sombra de Vera contra el blindex empañando la ducha, y la voz de ella subiendo junto a una nube de vapor para decir que el domingo siguiente se iría a Europa con Agustín Bullrich. Vera esperando los llamados de algún hombre, en mi casa. Vera fumando, adelgazando. Dejándose crecer el pelo. Depilándose las piernas con cera negra. Vera de frente y de perfil. Inclinada sobre la bandeja del grabador. Inclinada sobre algo que hervía en mi hornalla. Vera en el living, y su cabeza entre las piernas, y ella tratando de rodear todo su cuerpo con los brazos larguísimos. Vera cerrando un ojo. Vera despertando y volviéndose a dormir, y despertando al rato para calcular la hora por la sombra de una rama que cruzaba el balcón y volviendo a dormir. Vera sin dormir, caminando con pasos kilométricos por la vereda de Paraguay. Vera bajándose de un taxi, saludando. Vera llamándome, esperándome, yéndose. Ya ahora estaba muerta".

Fragmento de un articulo que me encontre en el malpensante," Maquina Fogwill" Por
Leila Guerriero
Nuevo para mi. Creo que me gusta mucho.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Viaje En Blues A La Pintada. Por Fernando Mora Meléndez


¿Es cierto que Tom Waits estuvo de visita en La Pintada? La respuesta puede revelar misteriosos lazos entre el artista y el balneario paisa o, simplemente, dar cuenta del delirio de un guía alucinado.

Por extrañas coincidencias el Nirvana siempre queda al Sur. Jack Kerouac fue a The Big South, y en una cabaña perdida entre las montañas rocosas se hizo amigo de un ratón silvestre y de una mula vagabunda. Fue al extremo contrario de la brújula para estar a salvo del mundo, pero se encontró con él mismo y fue peor.

Ahora, mientras un jeep destartalado nos lleva a Tom Waits y a mí a La Pintada, pienso en eso. William Burroughs también estuvo aquí y nadie se dio cuenta. David Gilmour dio un concierto en Cali y fueron quinientas personas. Mick Jagger vino a comprar precolombinos y otras hierbas a Cartagena. Creyó que nadie sabría de él por estos pagos y casi no logra escapar del Corral de Piedra, disfrazado de hincha del Junior, mientras una nube de fotógrafos lo seguía como la peste.

Con Tom es distinto. Sus discos han sido rarezas apenas nominadas para Grammys. Ha tenido que ganarse la vida como actor, al lado de animales como Stallone y para directores amigos como Jim Jarmusch.

Por extrañas coincidencias que luego revelaré, Waits estaba aquí. Una amiga de Pomona, California, le sugirió que viajara al otro Big South y ahora lo tenía frente a mí, indefenso y a la espera de Todo. Le habían hablado mucho sobre estos lugares o tal vez había leído algo en Burroughs sobre la última República Bananera y otros reinos de Jauja.

Maltrechos y empolvados estamos ya en la cumbre de un cerro, divisando el cauce de este río color de fango. Los ojos enormes del Monstruo divisan el fondo, donde las piedras no terminan de caer. Un gallinazo planea filosóficamente encima de nosotros. Dos pitazos de canabis lo han colocado ya del lado de las Revelaciones. No pregunta nada, apenas mira y sonríe ante hallazgos minúsculos como el de una hormiga cargando una hoja o el de un niño que tumba limones con una vara. A lo lejos se escucha una amalgama de melodías inconexas, fragmentos de vallenatos, reguetón y música de carrilera. Tom tampoco parece oírlas, pero sé que lo hace a su manera. Encuentra perlas en medio de cualquier sordidez.

Cuando caminábamos hacia la cumbre para ver el paisaje, escurriendo dos latas de cerveza con sabor a gasolina, me señaló a un marrano que gruñía entre un montón de cáscaras de yuca y dijo que ese era el timbre que él había soñado tener, “like this pig”, dijo. Yo no supe qué decir, excepto mirar a la tendera del kiosco. “Mami, dame más gasolina”. Me confesó que todas las latas estaban calientes y recordé entonces una frase de Juan Rulfo: “la cerveza caliente sabe a miados de burro”. A Waits no pareció importarle porque estaba alelado observando al tal puerco cantautor. Me puse a garabatear en una libreta algunas frases sueltas y de un modo bastante indiscreto me preguntó qué escribía.

–Is a letter for The Moorish Queen.
–¿Who is the Moorish Queen?
–She is just a friend.
–Oh, yeah... What a name! It sounds like an impossible love...
–Exactly –dije.

Tom no sabía que ese nombre, The Moorish Queen, era justamente el que yo le había puesto a nuestra amiga común de Pomona, California. Y entonces siguió hablando de marranos; no de los conversos a la cruz que persiguió el Santo Oficio, sino de los cerdos comunes y silvestres como este que hozaba en la basura de la orilla del Cauca. En inglés hay un refrán para referirse a las cosas imposibles, se dice que algo sucederá cuando lluevan cerdos del cielo, dijo. Y el resto del trayecto empinado nos la pasamos como dos niños, mirando hacia arriba para ver si caía al menos uno.

De un momento a otro, Tom se había vuelto un preguntón. Yo no sabía decirle por qué este lugar se llamaba así, La Pintada. The Painted, yes, The Painted. Y dicho en ese otro idioma empezaba con un dolor, The Pain. A pesar de las diáfanas piscinas, la belleza dorándose al sol y la euforia del calor, había algo artificial que un poeta jamás tolera. Tal vez la obligación de ser feliz. Creo que Tom pensaba así. Cuando le propuse tirarnos en un tobogán, apenas me miró como a un idiota y soltó una carcajada. ¡Piscinas de olas! Al poeta le basta con su tormenta portátil. Un crítico había dicho que su música era como la de “un borracho agitándose en un barril de bourbon”.

Ya estando en lo alto, a la espera de algún signo, Waits me reveló que este valle de La Pintada era el mismo en el que Caín cegó la vida de su hermano con una quijada de burro. Es el valle de los suspiros perdidos, dijo, de las canciones malogradas y de los hijos no nacidos. Tal vez hice un gesto de aburrimiento por esa parrafada y entonces fue cuando se rebajó a contar un chiste. Era de un tipo que había hecho todo lo posible para realizarse en la vida con las tres cosas que se piden en estos casos, a saber, un libro, un árbol y un hijo. Solo que al tipo le había salido tan malo el libro, que entonces tuvo que sembrar tres árboles. La historia no me hizo ninguna gracia y, por el contrario, fue una especie de bad seed, la mala semilla que germinaba en el silencio tenso y bajo ese sol llameante de las dos de la tarde.

Hasta la propia majestad del paisaje empezó a perder el efecto. Waits ya no lucía maravillado. Se movía de un lado para otro y hasta estuvo a punto de resbalar cuando puso su bota en un pedrusco suelto. Recogió su sombrero de fieltro del suelo y me preguntó: “Bueno, ¿y ahora qué sigue?” como si yo fuera algún cicerone, guía turístico o recreacionista. Ahí perdí la confianza en que fuéramos a compartir con dignidad nuestro aburrimiento, sobre todo cuando lanzó preguntas como “¿Cuándo vienen las chicas?, ¿dónde encontrar la casa de The Moorish Queen?” o si había algo para esnifar. Ya no le era suficiente el aire salutífero de las vegas del Cauca, ni la ebriedad de estar vivos bajo este sol, ni la altura sublime de las palmas de cera. No, nada de eso. El Monstruo quería algo más fuerte.
Waits esperaba demasiado de un lugar como este. Me había hecho caer en cuenta de que a pesar de todo no era un amigo mío sino una estrella del espectáculo. Nunca leí manual alguno sobre cómo actuar en estos casos, ni Walter Riso, creo, lo ha escrito aún.
Pero en ese instante tuve una especie de satori, un destello de conciencia. “Vamos bajando”, le dije a Tom. “Te tengo algo especial”.

Y así fue como pude llevármelo a El Remanso, la fonda caminera más reconocida, con camioneros hambrientos que apenas lo miraban como a otro gringo más. Allí, a la sombra de un almendro esperamos el manjar de los dioses, un sancocho de bagre. Waits creo que me dijo en sus palabras un equivalente del refrán “Al país que fueres haz lo que vieres”. Y estaba animado por la cercanía de nuevas sensaciones. El plato llegó en volandas, rebosante de humos suculentos y ornado de especies y tubérculos apetitosos. En el fondo de la sopera, como en medio de una laguna dorada de aceites sagrados lucía la joya gastronómica, un bagre del río Cauca, cocinado en leña.

Waits estaba aterrado. Tengo que fumarme un cigarrillo antes, dijo, esto es demasiado para mí. Mientras tanto respiré. Le di un sorbo a la cerveza de gasolina, esta por lo menos fría, y agradecí a los dioses que me hubieran dado la idea de traerlo aquí. Mi amiga de Pomona me lo agradecería, tal vez más que el propio Tom.

Vi al héroe rozagante y con la piel enrojecida por la sobredosis de calorías. Yo me había conformado con un caldo de costillas y un jugo de tamarindo. Waits dijo que el plato había estado exquisito y que ni siquiera cuando estuvo en Marruecos, en casa de Paul Bowles, había comido algo tan inspirador. Mi papel como anfitrión no había podido estar mejor.

Solo que media hora más tarde y después de habernos tomado otras dos cervezas, Waits se puso pálido, comenzó a estremecerse y se llevaba a menudo las manos al vientre. Debió sentir insoportables retortijones. Los ojos parecieron salirse de sus órbitas. Estuvo a punto de caerse, pero un mesero diligente que pasaba en ese momento evitó la hecatombe. Entre el muchacho y yo lo llevamos a un puesto de salud que por fortuna quedaba cerca. Es apenas una indigestión, Tom, te vas a poner bien. Pero el Monstruo me miraba con apenas un brillo de esperanza en sus ojos gris verdosos. Empezó a lanzar unos sonidos guturales, borborigmos digestivos y otras fanfarrias gástricas que parecían a tono con su música. Llegué a pensar que era una patraña suya de la experimentación sonora. “Like a pig”, había dicho antes.

La doctora que lo atendió insistió en que le preguntara si había consumido algo distinto al sancocho de bagre. Tom negó varias veces con la cabeza y luego lanzó frases incoherentes. “Tocar un blues con la quijada de Caín”, “entramos en la conciencia del buitre que planea sobre nosotros”, “tumbar las amargas frutas con una vara”, “yo canto en un río de fango, soy el rey de los cerdos que caerán del cielo”, “The Moorish Queen está cerca”... Acompañaba estas frases con eructos prodigiosos que me hicieron sentir de nuevo en la presencia del Monstruo. Estaba pensando en cómo el genio se las arregla para transformar los incidentes comunes en ritos iniciáticos. También pensé en ponerle un título honorífico, algo así como El Rey de Los Bagres Dorados. Y justo cuando esto me pasó por la cabeza, fue que Waits despertó para decirme: “Por favor, no llames a la prensa”.